VENDEDORES DE HUMO POR IZQUIERDA

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POR ROLANDO ASTARITA

Vender humo”: según la Real Academia Española, significa “tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido”

Por estos días un lector del blog me envió una nota escrita por Pablo Anino, “Dejar de pagar tres meses la deuda equivale a terminar con la pobreza por ingresos de un año”, publicada en Izquierda Diario el 20/05/19

(http://www.laizquierdadiario.com/Con-tres-meses-de-pagos-de-deuda-se-termina-con-la-pobreza-por-ingresos).

Como lo adelanta el título, Anino afirma que si se deja de pagar la deuda durante tres meses, en Argentina se puede acabar, por un año, la pobreza por ingresos. Anino dice que, en cifras redondas, existen 3,4 millones de hogares pobres, los cuales deberían elevar sus ingresos anuales en $134.000 para salir de la pobreza. Por lo que se necesitaría un total de $456.000 millones (unos 9.900 millones de USD, con el tipo de cambio a $46) para eliminarla. Como, según Anino, el pago anual de deuda es de 40.000 millones de USD, bastaría con no pagar la deuda tres meses para eliminar la pobreza durante este año (¿y el año próximo repetimos el procedimiento?). El lector que me envía la nota me pregunta si las cuentas de Anino están bien hechas, porque el asunto le suena demasiado fácil.

Pues bien, la propuesta de Amino (y del PTS) no tiene sentido. Es que Argentina no transfiere, por el pago de la deuda pública, 40.000 millones de dólares por año a los acreedores. Si ocurriera tal cosa, estaríamos ante lo que se llama una transferencia en términos reales. Una transferencia en términos reales significaría pagar la deuda con dólares “genuinos” (por ejemplo, por superávit de cuenta corriente; por entrada de capitales destinados a la producción). Pero la realidad es que esos dólares sencillamente no están. Por eso Argentina refinancia constantemente, no solo los vencimientos de capital, sino también buena parte de los intereses. Lo cual lleva al aumento de la deuda en un esquema que el economista keynesiano Minsky llamó “Ponzi” (por un famoso especulador), y que consiste en endeudarse para pagar intereses. Una dinámica que, una y otra vez, termina en defaults y nuevas renegociaciones.

Para que se vea el tema con un poco de detalle, recordemos, en primer lugar, que de los 332.192 millones de dólares (a diciembre de 2018) de deuda del sector público, la parte nominada en moneda extranjera era 76,4% (los datos son del Ministerio de Finanzas). Por acreedor, el 38% era con agencias del sector público. Según el Programa Financiero (5/04/19), los intereses a pagar, en 2019, a privados, organismos internacionales y agencias del sector público suman 11.600 millones de USD (aunque una parte es en pesos). Los vencimientos de principal con privados alcanzan los 8.500 millones de USD. Los vencimientos con organismos internacionales son por 3.000 millones de USD. A lo que hay que sumar los LETES en manos de privados, que representan 19.300 millones de USD (en dólares son 9.900 millones; el resto en pesos argentinos). Todo esto suponiendo, además, déficit fiscal primario cero.

En total, entonces, los vencimientos suman 42.400 millones de USD (un poco más de la cuenta que hizo Anino). Como dije antes, no hay manera de que Argentina pague semejante suma. De ahí la refinanciación. Así, en el Programa Financiero se prevé una refinanciación con el sector público por 3.800 millones de USD; la financiación vía FMI (deuda que a su vez habrá que refinanciar) por 22.500 millones de USD; el refinanciamiento con otros organismos internacionales (Banco Mundial, BID, CAF) suma 4.300 millones de USD; y mediante colocaciones de LETES a privados, otros 7.800 millones de USD. De nuevo, remarco: se paga deuda contrayendo deuda.

En definitiva, Anino-PTS prometen una solución que carece de base científica. Da la impresión que, igual que en otras ocasiones –en particular, en campañas electorales- intentan captar votos presentando recetas supuestamente milagrosas, que invariablemente evitan un cuestionamiento de fondo del sistema capitalista. En esta ocasión nos vienen a decir que bastaría con que un gobierno de patriotas le corte el suministro a los acreedores durante tres meses al año, para acabar nada menos que con la pobreza en el capitalismo argentino. Es el típico discurso agradable a los oídos del socialismo pequeñoburgués nacionalista, siempre a la búsqueda de algún remiendo social, que presenta como si fuera “radical”.   

Por eso pienso que esta forma de hacer propaganda, centrada en “vender humo”, perjudica al socialismo. La base de toda crítica –y por lo tanto, el sustento de un programa socialista- debería ser el rigor científico. La creencia de que con tal de ganar algunos votos se puede decir cualquier cosa, solo prepara nuevas derrotas del socialismo. Incluso porque no hay manera de responder a las objeciones que hacen los economistas burgueses a este tipo de remiendos sociales de superficie. Por eso, y para terminar, repito lo que alguna vez pregunté en este blog: ¿y si alguna vez dejan de considerar a El Capital un texto para los días de fiesta, y prueban con la ciencia, con la teoría marxista?

De Rolando Astarita Blog


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