Una necesaria reseña

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En la última nota publicamos un artículo, conceptual, teórico, como lo solía escribir Rosa Luxemburgo, dónde se debate la posibilidad de la participación de los socialistas en gobiernos y parlamentos burgueses.

“En 1875, en el Congreso de Gotha, se produjo la unificación de la asociación lassalleana con los eisenachianos en el nuevo el Partido Socialista Obrero de Alemania (Sozialistische Arbeiterpartei Deutschlands, SAPD). El SAPD adoptó como primer programa el llamado Programa de Gotha, que recibió duras críticas de Marx y Engels por incorporar demasiadas concesiones ideológicas a la teoría política lassalleana. En 1890 adoptó el nombre actual.”

Marx y Engels señalaron que aquel programa dejaba de lado la “dictadura del proletariado” como paso al socialismo. El Programa de Gotha fue utilizado con la finalidad del acuerdo con la asociación lasallana es decir un acuerdo oportunista con la ilusión de ventajas electorales, una vieja concepción de “unirnos todos” no importando los programas porque éstos serían abstracciones de los intelectuales izquierdistas del partido que dejan pasar las oportunidades.

En 1891 el SPD cambia el programa de Gotha por el de Erfurt claramente mas izquierdista pero sentenciando que la forma de llegar al socialismo sería por elecciones democráticas.

Vinculado a ello Rosa escribe:

“Pero, de nuevo, aparece un hecho que siempre olvida la política oportunista, el que en la lucha de la socialdemocracia, no el qué sino el cómo lo que importa.” RL

“De todos modos, no nos corresponde a nosotros juzgar el caso especial del Gabinete Waldeck-Rousseau, sino deducir de nuestros principios básicos una norma general de conducta. Desde este punto de vista, la participación socialista en los gobiernos burgueses parece ser una experiencia que solo puede terminar en gran detrimento de la lucha de clases.” RL

“En la sociedad burguesa, la socialdemocracia, por su propia naturaleza está destinada a desempeñar el papel de un partido de oposición, ella no puede acceder a gobierno más que sobre las ruinas del Estado burgués.” RL

Lo que nos dice la revolucionaria alemana es que, mas allá de la debida crítica a la participación del socialista francés, no nos metan en la coyuntura de determinado gobierno (Waldeck-Rouseau, Pierre Waldeck-Rousseau (1846-1904): republicano francés; como premier eligió ministros de izquierda (Alexandre Millerand, ministro de 1899 a 1902) ), sino que remite a los principios marxistas.

Y así termina el breve, claro y contundente artículo de Rosa ilustrando una antiquísima confrontación que desde los orígenes mismos del movimiento socialista está presente en el debate, diríamos existencial, de la clase obrera mundial.

Hoy acercamos al lector una mas moderna pero no menos importante divergencia que no es otra que la de las ideas y acciones que se desarrollaron a partir de la Revolución Cubana o las concepciones mas tradicionales de la construcción de partidos revolucionarios a partir de la lucha obrera, lugares de trabajo o de sus barrios.

Aquí va un estudio académico sobre el debate entre Santucho y Moreno sobre estas cuestiones que se desarrolla hacia mediados de los sesentas en el seno del Partido Revolucionario de los Trabajadores argentino.

Las posiciones y conclusiones del mismo son por cuenta del autor y desde nuestra Editorial, aunque tengamos posición al respecto, no defenderemos ni atacaremos lo escrito por el articulista.

Quedará para el debate, aún no cerrado, entre quienes pretendan profundizar sobre estos temas tan caros a la tradición marxista latinoamericana.

El Editor, 14/2/2021, durante los años de pandemias…


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